INTERVENCION DE 14 ARBOLES EN AVENIDA LIBERTAD
La Avenida Libertad
Sin embargo, una de las características que perdura en esta avenida, como mudos testigos de su historia, son los árboles, que desde uno y otro lado van continuando la encuadrada ruta de la calle. Los árboles de avenida Libertad son parte de la tradición, la historia y el patrimonio vivo de Viña del Mar, con 80 años de vida en el caso de los más viejos. Ellos han estado allí durante todo este periodo de transformación. Por ello los árboles mismos, y pese a los atentados de la “poda” municipal, son señales de una resistencia, y en cuanto tal propicios a ocupaciones, si bien efímeras, desapercibidas y presumiblemente ilegales, no por ello menos eficaces al minuto de elaborar una propuesta crítica de las condiciones de habitabilidad de la ciudad, en nuestro caso Viña del Mar.
Si bien en un principio la idea prevista fue la de habitar estos árboles a la manera de la “casa en el árbol” (instalacion de un mobiliario urbano al cual el transeunte pudiera acceder como a un espacio publico alternativo), las evidentes restricciones (tanto de precariedad económica como de permisos municipales) y la inmediatez de la propuesta me obligó a reducir esta propuesta mediante su conceptualización a través de la pajarera y de la figura del pájaro. Para ello utilicé la obra del poeta viñamarino Juan Luis Martínez, en la que se encuentra especialmente atendida la figura del pájaro y de su canto.
REALIZACION / pajareras comunicantes (2005)
En conjunto con Marcia Saavedra, Daniela Villanueva y Gonzalo Bertoglia.
Las pajareras, en tanto construcciones afines al árbol como elemento apropiado para una habitación posible, permanecen vacías como la imposibilidad del pájaro y vacías como la imposibilidad de su canto. Los “vasos comunicantes” que cuelgan como auriculares desde los árboles permiten a cualquier transeúnte comprobar esta ausencia, el silencio convertido en bulla, la detención en pasar. En lugar de la atención, en donde se posa lo propio, el transeúnte de Libertad se caracteriza por un “pajaroneo” sin árbol, mero ir y venir de una mirada sin nidos.
En este sentido la pregunta por el pájaro, la metáfora de la ausencia del pájaro como ausencia de una Libertad habitada, y el color azul de las pajareras en relación a la cita de Martínez: “la muerte es el más azul de los caminos”, funciona en la producción de una serie de serigrafías azules, las cuales fueron utilizadas para retratar a catorce transeúntes, cada uno delante de un árbol, quienes exhibieron catorce de estas serigrafías azules que les fueron regaladas, en las cuales se ofrecía una recompensa de 2mil dólares por un pájaro azul, con un pequeño texto de Martínez, escrito a partir de la cita “La muerte es el mas azul de los caminos” de René Crevel, aludiendo en este caso a la avenida Libertad.
Posteriormente, a partir de los registros de esta experiencia, se realizó un montaje para la exposición de intervenciones urbanas “Transurbancia”, llevada a cabo en la galería de arte Codar.
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